EDITORIAL
El Movimiento Pedagógico Colombiano
y el gobierno del cambio: un reto conjunto
Durante 40 años la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación-FECODE- ha venido adelantando un proceso de construcción de un proyecto pedagógico, cultural y político: el Movimiento Pedagógico.
Es un movimiento porque se coloca en otro lugar muy diferente al programa neoliberal instalado desde el gobierno de César Gaviria y continuado por los presidentes anteriores, en orden a avanzar en la ofensiva global de apertura económica que entrega el país a las multinacionales y descuida la producción nacional, además de entregar la administración de lo público, agua, luz, carreteras, salud, a los intermediarios privados con el argumento de que lo público no es competente, no es eficaz, no sirve. Todo esto acompañado de la represión de la protesta y la movilización social tachándola de subversiva y delincuencial, señalando que sus orígenes no son la injusticia que rebosa la copa, sino la infiltración del comunismo y el Castro Chavismo que atenta contra los valores de la institucionalidad y quiere acabar con la familia, la tradición y la propiedad.
Es pedagógico porque obedece a la naturaleza misma del ser maestro, que se construye como sujeto alrededor de un saber propio que le da su práctica de enseñanza en contextos de formación. Porque se nutre de las distintas concepciones de la pedagogía como disciplina, como dispositivo de poder, como reconstrucción de capacidades, como un campo intelectual propio cuyo estatuto se distingue de las ciencias de la educación. Pedagógico porque piensa la educación, sus propósitos, temas, estrategias de aprendizaje, formas de evaluación y el lugar que ocupa en la formación de un ciudadano para vivir en paz. La pedagogía es el saber que da identidad y profesionalismo a las diversas actuaciones individuales y colectivas, institucionales y sociales.
Es un movimiento cultural que reconoce el legado de la humanidad y lo pone al alcance de los niños y las niñas para una educación integral y humanista más allá de los recortes curriculares que pretende la estandarización y las pruebas.
Es un movimiento político porque genera condiciones para una mejor sociedad a través de la educación y se compromete con los ideales de justicia y equidad. El movimiento pedagógico es un proyecto político de largo aliento que hace del magisterio un nuevo sujeto colectivo para participar activamente en las políticas educativas y ser interlocutor válido a la hora de construirlas.
Es movimiento porque convoca a los más de 300.000 maestros y maestras afiliados, a una reflexión permanente sobre su propia práctica de enseñanza, en contextos de desigualdad y vulnerabilidad de derechos, para hacer valer el poder emancipador de la educación en sus comunidades para transformar las precarias condiciones de vida mediante el conocimiento y la construcción de sujetos éticos y democráticos.
A pesar de las difíciles circunstancias que hemos vivido los maestros como efecto del odio y el miedo instalado en ámbitos de violencia y muerte, donde también hemos sido víctimas, el movimiento pedagógico ha construido experiencias alternativas y sistematizado procesos emancipadores, desde la pedagogía crítica, que pretenden contrarrestar la política neoliberal agenciada por el Ministerio de Educación anterior, que desconoce los contextos, la historia y la memoria para focalizar todos sus indicadores de calidad en los resultados de las pruebas estandarizadas.
Es movimiento porque estamos en otra visión de la pedagogía que va más allá del enrarecimiento conceptual y la subordinación instrumental y se orienta hacia la construcción de un saber propio que permite dar razones del oficio y comprender la complejidad del enseñar como acontecimiento social, cultural y político.
Este movimiento pedagógico defiende la educación pública como un derecho, lucha por la dignificación de la profesión docente, se apoya en las pedagogías críticas y exige financiación adecuada para el cumplimiento de sus propósitos consagrados en la Constitución Nacional y en la Ley 115 de 1994.
El Movimiento Pedagógico, el trabajo y publicaciones del Centro de Estudios e Investigación Docente y sus Centros Regionales (CEID), las 145 ediciones de la Revista Educación y Cultura, los libros sobre la Escuela como Territorio de Paz, Los Derechos Humanos, La vida por Educar, la Educación Sindical, los programas de Televisión y Radio… son ya un acumulado histórico, a manera de legado pedagógico para el país.
Todo esto para hacer ver que el nuevo gobierno del presidente Gustavo Petro y la Vicepresidenta Francia Márquez no comienzan de cero, cuando se trata de trazar políticas en educación.
En efecto, tanto la Constitución Nacional como la Ley 115 del 94 tienen suficientes elementos para corregir el rumbo equivocado por el que se embarcó la educación con los gobiernos neoliberales y neofascistas de Uribe, Santos y Duque.
Por lo menos es urgente revisar la financiación de la educación, el estatuto docente, los criterios de evaluación y de calidad además de una reforma curricular que se centre en la formación en ciudadanía mediante la enseñanza de la historia y la memoria para construir un país donde quepamos todos.
La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación -FECODE- entiende la urgencia de apoyar la elaboración de un Plan Nacional de Gobierno que recupere la educación como la mayor responsabilidad del gobernante y el asunto público por excelencia en el que debe participar la sociedad.
“En estos tiempos, ya lo advertía Antonio Gramsci (1981), cuando el viejo orden social se está derrumbando y uno nuevo está luchando por definirse y surgir, emergen los monstruos. No podemos permanecer ajenos. Debemos implicarnos de una forma clara y sin ambages ni medias tintas para combatirlos y defender los derechos humanos y el bien común. También en la escuela.” (Díez G. Javier. (2022). Pedagogía Antifascista. Octaedro. Barcelona. p. 23.)
Construir una pedagogía inclusiva, democrática y del bien común que supere los imaginarios neoliberales, excluyentes y legitimadores de la injusticia social, es una tarea conjunta que FECODE propone al nuevo gobierno y para ello planteamos la realización del III Congreso Pedagógico Nacional.
!Manos a la obra!
Víctor Manuel Cabrera Vásquez
Secretario de Asuntos Educativos, Pedagógicos y Científicos de FECODE